vendredi 26 octobre 2018

La extinción de los extremos

Los extremos siempre tuvieron sobrenombres que les relacionaban con la velocidad a la que se movían o con la magia de sus regates. A Guillermo Gorostiza, al que míster Pentland le daba en el campo la misma libertad que él se tomaba fuera, le llamaban Bala Roja; a Paco Gento, la Galerna del Cantábrico; a Piru Gainza, el Gamo de Dublín; a Roberto López Ufarte, el Pequeño Diablo; a Juan Gómez, Juanito, todavía le llaman Maravillacada minuto 7 en el Santiago Bernabéu.

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