Le faltó hacer la pelopina, ese giro tan característico suyo con la pelota atada a los pies, para recordar por completo a Xavi. Controles orientados, pases de primeras en corto y en largo, entregas con ventaja, protección del balón por encima de todas las cosas y punto común para la fabricación del fútbol. Arthur, el recién llegado al vestuario azulgrana, ofreció un clínic de fútbol, de ese que define al Barcelona moderno. Toda una alegría para el Camp Nou porque han sido un buen puñado de medios los que han pretendido dar relevo al canterano que tantos años dio sentido al juego culer, hasta el momento sin dar con la fórmula de la Coca-Cola. Arthur, sin embargo, explicó que al menos tiene varios de los ingredientes y que le sobra picante porque también festejó su estreno con un golazo de aúpa desde fuera del área. El obús desmontó al Tottenham que, sin embargo, se recompuso en el segundo acto frente a un Barça imberbe hasta firmar el empate que solo se descifró en la tanda de penaltis, finalmente celebrada por el conjunto azulgrana (5-3), que arrancó con buen pie la International Champions Cup.
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