Aunque Valverde advirtió que el encuentro ante Las Palmas valía los mismos puntos que frente al Atlético el próximo fin de semana, se mantenía la duda de si jugaría Luis Suárez. Ante el Girona intentó de todas las maneras posibles que el colegiado le sancionara para cumplir ciclo por acumulación de cartulinas. Pérdida de tiempo, faltas absurdas y todo tipo de triquiñuelas que el colegiado no quiso validar, por lo que en el estadio Gran Canaria el uruguayo compareció con el 9 a la espalda y su hambre de siempre. Pero con otro fútbol y esa fue su perdición.
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