Por mucho que apele a la ausencia mayúscula de Messi, una Argentina destartalada se fue del Wanda con una zurra histórica. Para colmo, no se vio aplastada por esa España de frac de otras ocasiones. Frente a una albiceleste tan desmadejada a la Roja le bastó con media docena de crochés al frágil mentón argentino. En Argentina costará rumiar un repaso semejante. Un choque en el que la única respuesta de los de Jorge Sampaoli fue enturbiar el partido rasca que rasca las piernas oponentes.
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