El Levante, equipo efervescente desde que llegara Paco López al banquillo hace tres jornadas, no sucumbió al seductor embrujo del Girona que a tantos rivales ha dejado en la cuneta. Cosa rara en Montilivi, donde el conjunto de Machín sumaba seis triunfos consecutivos, pero lógica si se atiende a la intensidad y gazuza del contrincante, quizá también por la presión local de luchar por Europa –así lo admitió el entrenador en la rueda de prensa previa al duelo- o quién sabe si por el denominado Virus FIFA, porque hasta siete jugadores debieron acudir a la llamada internacional de sus selecciones. Por lo que el encuentro, acaso por el más estricto sentido divino de la justicia porque ambos se dejaron el alma en el intento, acabó en tablas.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2uFlWJA
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire