En el fútbol, lucir el dorsal '10' suele ser sinónimo de ser el jugador estrella del equipo, el más talentoso del grupo, aquel que posee un talento diferente. Llevarlo es la confirmación del triunfo. Pero en los últimos años, hacerlo en el Real Madrid ha supuesto lo contrario, un sinónimo de fracaso y maldición cuya última víctima ha sido James Rodríguez. El colombiano fue el último de una lista en la que figuran Robinho, Sneijder, Lass y Özil. El último que triunfó con él a la espalda fue Luis Figo. Ahora, el 10 recae sobre seguro, en Luka Modric. El croata ha cambiado el 19 que lucía desde su llegada al Madrid en 2013 para quedarse con un dorsal que en el Madrid, al margen de Puskas, no ha sido nunca especialmente significativo.
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