En Argentina, que era ya la segunda carrera del año, Jorge Lorenzo estaba todavía corrigiendo su posición encima de la moto. No tenía confianza a la entrada de las curvas, explicaba. Y le subieron la posición del sillín para que mejoraran esas sensaciones. Este pasado fin de semana reconoció, asimismo, que habían probado también con retrasar su posición y poner más peso en el tren delantero, para ganar agarre con la goma de delante. El resultado: 11º, a 25 segundos del ganador, a pesar de una excelente salida, no es lo que el público espera de un tres veces campeón de MotoGP. Pero él está tranquilo porque cree que va dando pequeños pasos. “No estoy decepcionado”, dijo tras la carrera.
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