El presente y el pasado se unieron este miércoles en Doetinchem, un municipio de unos 55.000 habitantes del este de Holanda. El ahora se resolvió con la victoria contundente de la selección española en su primer partido de la Eurocopa con una exhibición de su compromiso futbolístico, sellado en todas las categorías al dictado del toque. El ayer volvió a recrearse porque enfrente estaba Portugal, el primer rival que tuvo la selección femenina tras ser reconocida de forma oficial en 1983, el año en el que la federación, siempre varios pasos, o años, decidió sacar de las sombras a una selección que desde los años setenta jugaba prácticamente de forma clandestina.
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