Por la Casse Déserte los campeones pasan solos, y en el Izoard, en su cima a 2.360 metros, ninguno había levantado los brazos en triunfo hasta este 2017, en el que lo hace Warren Barguil, primer vencedor en la primera meta situada en la cima del col de los campeones, donde señala el cielo emocionado y dedica el triunfo a su papy, al abuelo que le enseñó a andar en bici y murió hace cinco años. Los buenos augurios se acumulan para el alargado escalador bretón, que a los 25 años parece haber alcanzado una nueva dimensión. De su ataque, iniciado con Contador en la nariz de los mejores, a poco menos de siete kilómetros de su cumbre, donde comienza lo más duro bajo el sol que blanquea más blanco aún las caprichosas formas que la erosión del viento forma en las moles de yeso, y de su victoria se podría rehacer el dictado de Louison Bobet hace 60 años: en el Izoard, los campeones ganan solos.
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