El Barcelona de Bartzokas sufrió lo indecible para superar la brava respuesta del Divina Joventut. El equipo de Diego Ocampo no pareció el mismo que está sumido en una grave crisis, penúltimo puesto de la tabla, y acarició el triunfo en el Palau hasta el último instante. La escuadra azulgrana certificó que continúa lejos del nivel que se le demanda y que no es ninguna casualidad que haya perdido sus seis últimos partidos fuera de casa. No jugó bien, se vio superada en muchas fases por un Joventut que se plantó bien en defensa, entorpeció los ya de por sí confusos ataques azulgrana y maximizó las prestaciones de sus mejores hombres, Sàbat, Bogdanovic y Abalde.
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