Ocurrió en enero de 1955. Di Stéfano fue invitado a participar en un amistoso entre un combinado de jugadores del Barça y el Español y aceptó. Aquel equipo se anunció en la prensa de esos días como Selección Catalana, aunque el escudo que lucieron los jugadores en el pecho sobre su camiseta (blanca) era el de la ciudad. Resultó un espectáculo glorioso en su primer tiempo, del que aún hablan los pocos vivos que van quedando de entre los que asistieron ese día al viejo campo de Las Corts.
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