El Barcelona, con un Tomic inmenso, obtuvo la victoria que necesitaba con urgencia en su tortuoso camino en la Euroliga. Las ocho derrotas que acumula empezaban a pesarle, a hipotecar seriamente su futuro en la competición. El Armani Milán, el equipo que compareció en el Palau Blaugrana, está todavía peor, inmerso en una crisis de enormes proporciones y que acaba de desprenderse de Alessandro Gentile, un jugador, sobre el papel, de referencia. Jasmin Repesa, el técnico croata del equipo italiano, está tan cuestionado como receloso con sus jugadores, que el miércoles, ante el Panathinaikos, sumaron su novena derrota y en el Palau no tuvieron la más mínima opción para evitar la décima.
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