Mariano Díaz vivió las pasadas Navidades entre la incertidumbre y el miedo de no saber muy bien qué sería de su carrera. El hispano-dominicano, de 23 años, estaba a solo seis meses de terminar su contrato con el Real Madrid y la intención del club blanco era dejarle salir a coste cero en junio. Consciente de su situación, la de un delantero condenado entonces a la suplencia en el Castilla, siempre a la sombra de otros y sin encontrar la regularidad en el tiempo que llevaba en el filial, empezó a buscar opciones mientras confesaba en su círculo más íntimo las dudas de poder encontrar cobijo en un equipo de Primera para la temporada siguiente.
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