No fue su mejor partido y, sin embargo, Cristiano Ronaldo marcó un triplete que reactivó al Madrid en la final del Mundial de Clubes. Ni en Japón y ni contra un rival sobre el papel más que accesible, tuvieron los blancos una tarde tranquila. Abrieron el marcador en el minuto 8 y se dejaron ir. El portugués fue el que forzó la prórroga. Marcó de penalti el tanto del empate a dos. Anotó el 3-2 en el minuto 97 y terminó con los sueños del Kashima menos de seis minutos después. Fue elegido el mejor jugador de la final.
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