Lionel Messi tenía vacaciones hasta el día 1 de agosto porque así lo determinó el cuerpo técnico del Barcelona, consciente de que el jugador no suele disfrutar de un mes de vacaciones por sus compromisos internacionales con Argentina. “Le irá bien para desconectar”, contaban desde el club azulgrana, conscientes de que ha sido un verano de lo más incómodo para el futbolista: primero, perdió la final de la Copa América ante Chile para declarar públicamente que dejaba la selección; y después, fue condenado a 21 meses de cárcel [no se hizo efectivo porque no tenía precedentes] por la evasión fiscal de impuestos. Pero Leo ha dicho que no, que prefiere jugar al fútbol.
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