Cuando todavía no había despuntado el verano y el Borussia Dortmund anunció la venta de Ilkay Gündogan al Manchester City y la de Mats Hummels, capitán desde la época dorada de Klopp y estandarte del equipo, al Bayern de Múnich, parecía que la hegemonía bávara en la Bundesliga (después de los tres títulos seguidos con Guardiola en el banquillo) no iba a tener fin, sobre todo si seguía mermando cada verano el potencial de su máximo rival (como ya había hecho los años anteriores con los fichajes de Mario Goetze y Robert Lewandowski). Pero, Thomas Tuchel y el club ya lo habían previsto y estaban trabajando en la reinvención del equipo. Han fichado mucho, joven y bueno para asegurar, como poco, la batalla con el nuevo Bayern de Múnich de Ancelotti por el título de la Bundesliga.
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