En Melbourne, lejos, muy lejos del Madrid, si bien el Atlético no se sintió como en casa, si trató de que el entorno se pareciera lo máximo al suyo. En realidad, su hogar puede estar en cualquier parte, puesto que es algo que uno lleva encima. Ante el Tottenham, en su primer partido en la International Champions Cup, jugó como si hubiera tres puntos en juego, o una eliminatoria, o una final o lo que sea en juego. Pues su manera de competir, desde que llegó Simeone, hace tiempo que no distingue unos partidos de otros. La película debe ser siempre la misma. Y así se proyectó también en Australia, donde ganó, 0-1 con un gol de Godín en el saque de una falta (¿Suena el argumento?) tras completar, por enésima vez, su partido fetiche.
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