Michael Phelps (Maryland, 1985) atiende a los medios en una oficina de la legendaria sección de fútbol americano de la Universidad de Arizona. El hombre pálido de Baltimore está tostado por el sol del Oeste, a donde se mudó a finales de 2014 para desintoxicarse. Perseguía la salvación personal y acabó en el agua. Una vez más, haciendo cuñas en el calendario que conduce a los Juegos. Después de una grave crisis existencial, Río de Janeiro es el destino final del deportista olímpico más condecorado de todos los tiempos.
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