No, Karsten Warholm no batió el récord del mundo. Tampoco descendió de los 47s en la final de todas las finales, la de los 400m vallas, que ganó (4742s), como había ganado la final del Mundial de Londres hace dos años. La plata fue para el norteamericano Rai Benjamin (47,66s) y el bronce para el qatarí Abderramán Samba (48,03s). Ninguno de los tres estuvo a la altura de las esperanzas que habían despertado. Solo cuatro atletas en la historia han descendido de 47s en la prueba de las 10 vallas y las 13 zancadas entre cada una. Tres son ellos, tres jóvenes con todo el atletismo por delante. El cuarto es Kevin Young, el norteamericano que batió el récord del mundo (46,78s) en Barcelona 92 y que, 27 años más tarde, aún sigue esperando, deseando, que alguien se lo quite. Todos reúnen las condiciones, pero ninguno sabe cómo hacerlo.
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