Llueve a primera hora de este sábado en Harrogate, como si todas las nubes de Inglaterra se hubieran concentrado sobre el condado de Yorkshire, para hacer brillar más todavía los prados verdes donde pastan ovejas con la cruz de San Jorge pintada en el lomo. A las nueve de la mañana, cuando los ciclistas apuran el desayuno, parece que no va a clarear. Pero escampa, y sale el sol entre las nubes, así que los nueve corredores españoles vestidos con la ropa de entrenamiento, sonríen por primera vez antes de salir a hacer kilómetros.
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