Año 1990. En un céntrico hotel de Moscú un veinteañero rompedor y aventurero estadounidense que responde al nombre Dale Mudholland aguarda impaciente y angustiado una llamada que puede convertirle en el primer futbolista occidental en jugar en un club de la Unión Soviética. Durante la espera, atraídos por su figura, directivos de algunos de los clubes más importantes le invitan fichar por el Spartak de Moscú, el Zenit de Leningrado, ahora de San Petersburgo, o el Dinamo de Kiev. Pero Mudholland ha elegido: el Lokomotiv de Moscú, el rival al que este martes se enfrenta el Atlético de Madrid (21.00, Movistar Liga de Campeones). El alto funcionariado de Moscú también se deja ver por el hotel atraído por la curiosidad y la intriga que les despierta ese chico americano de peinado voluminoso a lo Patrick Swayze.
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