Annemiek Van Vleuten también circulaba en solitario por los bosques que rodean Río de Janeiro, en la prueba de ruta de los Juegos Olímpicos en 2016. Era un 8 de agosto. Tenía todas las papeletas para ganar la prueba y recoger los honores de ser campeona olímpica, pero en una curva, en descenso, trazó mal, quiso rectificar y tocó el freno, perdió el control de su bicicleta y chocó de bruces contra el bordillo. Quedó inmóvil mientras paraban los coches para atenderla. Perdió el conocimiento, fue ingresada en la UCI y se rompió tres vértebras. Cuando se recuperó escribió en twitter: “Saber que esta oportunidad es solo una vez cada cuatro años no hace lo hace nada fácil". Ese día nefasto, Van Vleuten lucía en sus orejas unos pendientes de oro.
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