La primera seña de identidad del Liverpool en esta final la acuñó su hinchada el viernes cuando tomó la madrileña plaza de Margaret Thatcher para rebautizarla como la de Jeremi Corbin, el líder laborista británico. El thatcherismoaún es aborrecido a orillas del Merseyside. El intento de recortar los derechos sindicales y la devastadora política industrial conservadora que asoló los astilleros golpearon a la clase trabajadora de la ciudad. Paro masivo y miseria, que coincidieron con el final de la época dorada del Liverpool de Bob Paisley y Joe Fagan, que conquistó las Copa de Europa de 1981 y 1984. Por entonces, solo el fútbol arrancaba alegrías de una urbe deprimida.
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