Hace cuatro años, antes de viajar al Mundial de Canadá, Carli Lloyd (Nueva Jersey, 1982) tomó una decisión sorprendente dentro de la selección femenina de fútbol de Estados Unidos. Le pidió a su marido y a su familia que no la acompañasen. No quería distracciones de ningún tipo. “Al igual que todos ustedes, que van a trabajar y no se llevan a familia”, justificó entonces ante los periodistas. Un mes después, volvió a su casa como campeona del mundo, mejor jugadora del torneo, máxima goleadora con seis tantos y autora de un triplete en los primeros 16 minutos de la final contra Japón (5-2), el último desde el centro del campo. El caso explica bien el carácter, el sacrificio y el sentido del compromiso de esta futbolista, rival de España en los octavos de final (lunes, 18.00) y referencia absoluta del soccer en la última década.
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