España se deshizo y se rehízo en el curso de una semana. Forzado por una situación desesperada, el seleccionador, Luis de la Fuente, quitó a los jugadores que representaban las viejas ideas y puso sobre el campo a los que se identifican con el estilo acuñado en 2008. Por esa vía, la del 4-3-3, la construcción desde el primer pase, el toque rápido, los volantes ligeros y el punta que apoya y se desmarca, la selección sub-21 dio un recital ante Polonia. Necesitaba golear por más de dos tantos de diferencia para pasar a semifinales y al descanso sumaba 22 remates y tres goles por dos remates polacos. Una avalancha. El 5-0 final clasifica al equipo para las semifinales del jueves y devuelve a España a unos Juegos Olímpicos tras el paréntesis de 2014. En Bolonia, La Roja se apuntó a los Juegos de Tokio.
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