La soleada tarde comenzó con Mickey Mouse haciendo el saque de honor por protocolo de LaLiga Santander mientras la grada norte de Nervión desplegaba un monumental tifo en memoria de Roberto Alés, expresidente del club entre 2000 y 2003 y fallecido el viernes. El minuto de silencio que se vivió en el estadio del Sevilla fue impresionante en memoria del hombre que sentó las bases del equipo que tan bien ha ido compitiendo en este siglo. Tremenda fue también la presión que el conjunto de Machín le impuso desde el minuto uno a un Barcelona con demasiado plomo en sus piernas y algo asfixiado. La eterna primavera sevillana tuvo que ver algo en la falta de aire del líder. Sobre todo en el primer tiempo, cuando el sol pegó fuerte sobre el césped del Sánchez Pizjuán. Luego, la sombra le dio vida al conjunto catalán. Se fue el sol y salió Messi.
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