En la churrería Donostia, una caravana que se planta cada día de partido en Anoeta junto a la estación de tren del Topo, prefieren los partidos a mediodía y por la tarde, “porque cuando se juega por la noche la gente viene cenada o con el bocadillo”. A las 18.30 se venden más paquetes de pipas. “Muchos. No sabríamos decir cuántos. Más de tres cajas”. Unos 60, a un euro el pequeño y a euro y medio el grande, de 85 gramos. Y eso son muchas cáscaras.
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