La primera decepción del buen Betis de Quique Setién llegó ante el Rennes en la Liga Europa. Los andaluces, que traían un 3-3 de tierras francesas, dieron todo un curso de cómo no competir en un torneo de máxima exigencia. Primero, porque regaló dos goles en un tramo de lamentable desconexión de 10 minutos en la primera mitad. En segundo lugar, con una muestra de ineficacia ante la meta del Rennes, al que tiró hasta en 17 ocasiones para hacer solo un gol. La eliminación se puede considerar justa porque el conjunto galo, que hace historia, fue mejor en el cómputo global de la eliminatoria incluso con sus deficiencias en defensa. Le metió seis goles al Betis y eso tiene mucho mérito. Una cifra preocupante para un equipo verdiblanco que pudo clasificarse porque tuvo ocasiones con el 1-2. Entonces, surgió el otro gran lastre de este Betis que es su ausencia de pegada. Incapaz de anotar, la decepción fue mayúscula para este Betis que necesita tiempo y experiencia para convertirse en un equipo fiable. En el colmo de una noche tan triste, llamó también la atención el desplome físico de los jugadores en el último tramo del choque. Fue precisamente en ese tramo donde surgió la figura maestra de Ben Arfa, que templó con su fútbol de seda las últimas y desesperadas acometidas locales.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2BL7lgs
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire