Dos caras del Espanyol, una en cada tiempo. Símbolo de la temporada, el cuadro blanquiazul jugó un primer tiempo interesante, alegre y valiente, muy seguro con el balón. Todo le iba de cara en el RCDE Stadium, hasta que la moneda cayó en cruz tras el paso por los vestuarios. Mérito del Huesca, sobre todo de la pizarra de Francisco. Etxeita selló el empate en Cornellà después de que Granero despertara el marcador con un precioso gol de falta directa. Varapalo a las aspiraciones de Europa del Espanyol, también para la ilusión de permanencia del Huesca.
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