El Sevilla se llevó este jueves de su estadio con un resultado abultado: 6-0. Es cierto que el rival, colista en la Liga turca, era propicio para ello, pero conviene no infravalorar este tipo de victorias: tampoco el Krasnodar parecía un rival temible y los hispalenses volvieron de Rusia con cero puntos y un correctivo en forma de remontada. Esta vez fue distinto. Los de Machín salieron concentrados y dispuestos a hacer lo que más les gusta: robar, combinar rápido y correr. El resultado final fue el reflejo de la superioridad sevillista y permite dejar atrás la mala imagen dada en el Camp Nou, especialmente en la primera parte, cuando estuvieron a merced del Barcelona. El Sevilla se repuso y ganó crédito.
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