Este martes, en Pekín, confluían dos situaciones radicalmente distintas, tan opuestas y divergentes que al final ocurrió lo que se intuía que podía pasar: Garbiñe Muguruza, trabada este curso, se topó con la magnífica Aryna Sabalenka, una bielorrusa de 20 años llamada a ganarse titulares más pronto que tarde, y se despidió del torneo chino con el desagradable añadido de que se quedó ya además sin opciones de competir en la próxima edición de la Copa de Maestras, a finales de este mes (del 21 al 28).
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