mardi 25 septembre 2018

“¡Pero Seve, que son las cuatro de la madrugada!”

¿Qué hacía Miguel Ángel Jiménez en albornoz, a las cuatro y media de la madrugada, tirando piedrecitas a la ventana de Seve Ballesteros y Carmen Botín? Fue en 1997, en Valderrama, y es una de esas escenas que ilustran lo especial que es la Ryder Cup, el gran enfrentamiento bienal entre Europa y EE UU que este viernes abre un nuevo capítulo en París.

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