¿Qué hacía Miguel Ángel Jiménez en albornoz, a las cuatro y media de la madrugada, tirando piedrecitas a la ventana de Seve Ballesteros y Carmen Botín? Fue en 1997, en Valderrama, y es una de esas escenas que ilustran lo especial que es la Ryder Cup, el gran enfrentamiento bienal entre Europa y EE UU que este viernes abre un nuevo capítulo en París.
source Portada de Deportes | EL PAÍS https://ift.tt/2Dwxl2J
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire