Sube Alejandro Valverde al podio, donde sigue llorando feliz, lágrimas de alegría, y sobre su cara, arrugada ya por los años de trabajo duro al aire libre, cara de un campesino, se proyectan las historias de todos los colores que cuentan el ciclismo de ahora. Valverde es el presente del ciclismo aún, y lleva también, en su carrera de 17 años de profesional, el pasado consigo. El pasado de todos los colores.
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