No por mala educación sino por novedoso, el saludo previo al Barça-Athletic en el Camp Nou no se introducía con un “hola” o un “buenas tardes” sino con un “Messi banquillo, ¿eh?”. Resultó extraño porque el partido, consciente Valverde de que el rival presionaría al hombre, invitaba a la participación del 10 porque con esa propuesta difícilmente se podían dar las ayudas defensivas. Y en el uno contra uno, pocas veces falla Leo. “Sé que era arriesgado dejarlo en el banquillo”, expuso el técnico al acabar el encuentro al tiempo que lo justificó en el calendario y en el próximo encuentro ante el Tottenham, que es de Champions y es lo que más quiere el vestuario azulgrana. “Pero si hubiésemos remontado, diríamos que Messi encontrócansado al rival”, prosiguió Valverde. El problema, sin embargo, no fueron los minutos en los que el capitán estuvo sobre el césped sino en los 55 que permaneció en el banquillo.
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