Los malos resultados y el mal juego se repiten tanto que en la atmósfera del Palau Blaugrana flota una duda fatal, entre la resignación y la irritación. El Barcelona juega mal y pierde, y en el caso de ayer, se pasó todo el partido a remolque, netamente inferior al Herbalife Gran Canaria (77-88). El Barcelona no tuvo la más mínima oportunidad. Y eso es mucho decir si se tiene en cuenta que es un equipo construido para estar entre los mejores del continente. Pero vuelve a naufragar en la Euroliga, en la que es 12º con cuatro victorias y ocho derrotas, y con su cuarta derrota en la Liga Endesa, pierde de vista al Madrid y se ve superado por el Fuenlabrada y el Valencia.
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