Un gol en el descuento de Bakambu, anotado por el franco-congoleño disimuladamente con la mano, dejó en nada el esfuerzo del Leganés, que porfió con orgullo por un empate que alcanzó en el último minuto del partido gracias al acierto de Guerrero. El conjunto de Asier Garitano, solidario y con orden, desnaturalizó al equipo de Escribá que comenzó a fraguar la victoria en una acción con el sello del Villarreal, a tres toques, que culminó también Bakambu, el héroe amarillo, villano para el Leganés por la trampa final del delantero que ni el árbitro ni sus asistentes resolvieron con la anulación del tanto. Con lo mínimo, en un final de infarto, el Villarreal derrotó con escasa justicia al Leganés víctima de su poco pegada, fortuna y del error arbitral final. Doloroso epílogo para los pepineros en su lucha por la salvación.
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