Luis Suárez llevaba cinco encuentros sin ver la portería y no descontaba contrarios ni se imponía en el área rival sino que levantaba los brazos a modo de queja, por más que nunca dejara de intentarlo. Pero cuando hay partido grande, hay Luis Suárez. Así lo demostró anoche con dos tantos de pillo y de colocación, toda vez que primero aprovechó un regalo de Jurado y después otro de Aarón. “No podíamos pensar que le dejaríamos solo delante del portero por dos veces”, lamentó Quique Sánchez Flores, técnico blanquiazul; “pero el fútbol es un juego de errores y pueden ocurrir. Esperábamos no cometerlos porque este rival te penaliza esos fallos, pero hemos hecho dos. Es un palo mental y físico para todos, pero no tengo nada que reprocharles”.
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