Para un número uno del mundo acostumbrado a ganar en superficies rápidas, el tránsito por la tierra batida suele convertirse en un calvario. Lo fue para los grandes campeones estadounidense, Jimmy Connors, John McEnroe y Pete Sampras, que nunca alcanzaron su objetivo en Roland Garros, y les costó a André Agassi (1999), al jugador más laureado de la historia, Roger Federer (2009), y a Novak Djokovic (2016) inscribir su nombre en el único grande que se disputa en tierra batida. Andy Murray persigue el sueño parisino y se debate sobre la arcilla buscando su mejor juego y una solvencia todavía en entredicho.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2qkoyFv
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire