A media mañana, el día del partido, en el recibidor del hotel de concentración del Atlético en Colonia, un individuo de gafas y de rostro enjuto se esforzaba por reconocer fisonomías. Una media sonrisa se le abrió cuando, retrepado en un sillón de cuero, detectó a José Antonio Ñíguez, padre de Saúl. Este, distraído, mantenía una conversación en la que explicaba el origen bíblico de los nombres de sus tres hijos, Saúl, primer rey de Israel, Jonathan, hermano mayor de Moisés y Jonathan, príncipe e hijo de Saúl. Los tres, como su padre que jugó en el Elche, Sabadell y Figueras, se han dedicado al fútbol profesional.
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