El clásico siempre marcó tendencia y no necesariamente respetó la clasificación de la Liga. El Madrid de Zidane se explica precisamente a partir de su victoria sorpresa en abril pasado en el Camp Nou. Invicto durante 39 partidos, el Barcelona claudicó por 1-2 y convirtió un estupendo ejercicio en un fin de temporada agonístico que culminó con la conquista del doblete y la eliminación de la Champions. Un botín extraordinario empañado por el triunfo del Madrid en el estadio y después en Europa. Ahora es el Madrid el que regresa invicto a Barcelona —32 partidos— con seis puntos de ventaja sobre el Barça, más entregado que nunca al tridente y a Piqué, autor curiosamente del gol en el encuentro del Camp Nou.
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