El entrenador Miguel Ángel Millán, investigado en Tenerife por un presunto delito de abusos sexuales continuados a un menor, fue ayer puesto en libertad con cargos. Pocas horas después, Eduardo, que hoy tiene 19 años y le denunció el pasado mes de junio en una comisaría de la Laguna, se decidió a hablar, a contar su historia. Una historia que describe a un técnico “carismático, culto, brillante, intenso y manipulador”, al que conoció cuando tenía 11 o 12 años y que le fue envolviendo en su mundo hasta llevarle a dormir en un hotel con él. Con el que mantuvo una relación de admiración y amistad que le costó reconocer como abusiva, y al que ahora quiere ver condenado.
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