Cuando Rafael Nadal celebró su primer triunfo en un Grand Slam, tenía tan solo 17 años. Lo firmó en Wimbledon, sobre un tapete verde, en 2003, y todavía era un adolescente. “Siempre fue un sueño para mí jugar allí, así que fue una gran victoria porque, de hecho, a principios de año había jugado en un challenger contra Mario [Ancic], en una pista cubierta, como de moqueta, y me había dado una paliza. Así que sí, fue importante para mí”, rememoraba ayer, 13 años después, sin excesivo romanticismo porque ahora ya es todo un adulto, curtido en mil batallas y otros tantos avatares, y las cifras, dice, cada día le preocupan menos y las valora incluso con cierto recelo, al menos de puertas afuera.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1WZ3oeg
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire