Indómita e inescrutable, la Segunda División se debatió en su penúltima jornada en un intenso carrusel de once partidos disputados al mismo tiempo y que repartieron alegrías, penas y esperanzas. El júbilo del Alavés y su regreso entre los grandes fue la cara de la moneda de la tristeza del Llagostera, que vuelve a Segunda División B tras dos campañas en plata. Cayó el cuadro catalán en Leganés, donde se impuso la pujanza del equipo local, que necesitaba la victoria para depender de si mismo en la última jornada y la obtuvo con bastante solvencia (2-0) con tantos de Gabriel y Jorge Miramón.
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