En el rostro de los jugadores del Atlético estaba pintada la tensión, el sábado, a su llegada a San Siro. En el de Simeone la concentración y la preocupación. Como si le pesara demasiado la oportunidad histórica que le estaba esperando y que no podía dejarse escapar. Menos después de la final perdida en Lisboa. Zinedine Zidane llegó a San Siro sonriente, al lado de su segundo, David Bettoni. Es la misma sonrisa que le acompaña desde el día de su presentación, en enero, la que lució antes de tener que remontar un 2-0 contra el Wolfsburgo, la que enseñó el martes en la jornada de puertas abiertas del Real Madrid cuando anunció que, además de la posesión del balón, hacían falta más cosas para ganar la final. La misma sonrisa que compartió con Cristiano Ronaldo antes de la tanda de penaltis.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/1qV6IbK
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire