El primer paso de las cuartos de final lo dio el Baskonia, pero anduvo a trompicones, acosado por un Gran Canaria que hizo la goma hasta llegar vivo a los instantes finales del partido, esos en los que aparecieron Bourousis, Adams, pero en los que también reclamaron su protagonismo Seeley, el más incisivo de los amarillos, Oliver, el más inteligente, y Báez, el más combativo. Al final cinco puntos de diferencia (81-76) en el marcador, pero demasiada igualdad en el combate como para pronosticar un vencedor en el playoff.
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