El Athletic, que había empezado la semana herido de muerte con la eliminación copera por parte de un Segunda B, aguantó como un jabato bajo la lluvia y la humedad de San Mamés. El Madrid, que se clasificó para los octavos de Copa gracias a Bale y con algún que otro susto, saltó anoche al campo sabiendo que el Celta le había quitado dos puntos al Barcelona. Ganar contra el Athletic le habría permitido colocarse a seis de los azulgrana tres semanas antes del clásico del Bernabéu. No pudo, sin embargo, con un Athletic que jugó los últimos 20 minutos en apnea y reventado. Terminaron los blancos con diez por la expulsión de Ramos —la segunda en lo que va de temporada— y también con la de Chendo, el delegado del equipo. “Por levantarse del banquillo para protestar al equipo arbitral, de forma ostensible, gritando y realizando gestos con sus brazos”, reflejó el acta.
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