Hay una guasa entre la afición del Barcelona que con el tiempo parece menos exagerada. “Algún día Messi dará el pase de gol y lo rematará él mismo”, se rumorea por los vomitorios del Camp Nou o en cualquier bar o círculo que se debata de fútbol. El axioma es un piropo para el 10, capaz de desconchar con su fútbol a la zaga más pintada; pero también es un reproche al Barça y a sus centrocampistas, que no componen demasiado fútbol por dentro a excepción de Iniesta, y menos regalan caramelos de gol, a excepción de Rakitic. Un déficit que compensa Messi por dentro, ahora que actúa más de mediapunta que de extremo, ahora que se despliega por el centro para hacer de quarterback además de lazo para cualquier jugada.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2AzV6ny
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire