Aunque parece que esté algo más delgado, que ya es decir, en su equipo refieren que es un efecto óptico al abandonar la melena maradoniana y volver al corte al uno, que repasa a menudo. Las ocurrencias de Valentino Rossi y su ya mítica resistencia los domingos siguen siendo las mismas de siempre. Aunque el invierno, duro para el italiano, parecía augurar una temporada más dura todavía no ha sido así, al menos, el inicio de este Mundial en el que su compañero de equipo, con dos victorias, aprieta como pocos. Por eso dedicó su primer podio, en Qatar, a los que decían que está mayor. Aunque él mismo cuenta que, a los 39, le cuesta arrancar.
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