El mal resultado frente al PSG en el Parque de los Príncipes (4-0) exigió la reacción de Luis Enrique, que decidió utilizar el 3-4-3 tan cruyffista como bravucón. Le salió de fábula porque en la vuelta europea el Barça logró una remontada histórica (6-1) que le animó a dar continuidad a un esquema que remarcaba al equipo en el área rival, toda vez que tiraban 20 veces a puerta con cuatro goles de saldo y media. Pero ahora el 3-4-3 está en cuarentena porque Rafinha tiene una lesión en el menisco interno de la rodilla derecha y porque Jordi Alba reclama protagonismo como lateral.
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