El fútbol requiere con urgencia un simposio de sabios que indague en el fenómeno Sergio Ramos, un futbolista que ha convertido lo sobrenatural en un hecho rutinario. De momento, ya no hay Cesarini que valga, aquel delantero italo-argentino que tuvo eco por sus tantos al límite del tiempo. Hoy ya hay pruebas suficientes para instaurar el gol Ramos, definición para todos aquellos que anoten en el último parpadeo con frecuencia. Lo del andaluz, a la espera de cualquier congreso al respecto, solo tiene un nombre: Sergio Ramos. El de Lisboa, el de la última Supercopa europea, el de hace una semana en el Camp Nou, el de hace nada contra el Deportivo... Tremendo. Otro cabezazo suyo cuando parecía que el tiempo había menguado el destino del Madrid dio la victoria a los blancos. Un triunfo de récord para la casa, 35 duelos sin perder, y con el sello del Madrid de Ramos. De alguna forma son lo mismo, jugador de arrebatos para un equipo de arrebatos. Así claudicó el Deportivo. Hasta la traca de Ramos, mientras el choque fue más bien funcionarial resistió el Deportivo. Sin fútbol, cuando se impuso la corneta en un segundo acto con muchas sacudidas, emergió ese genuino Madrid que no tiene más hora que la marca Ramos.
source Portada de Deportes | EL PAÍS http://ift.tt/2gqdS7C
Aucun commentaire:
Enregistrer un commentaire